Triángulo Mexicano de la Muerte por Sergio Leone

La cámara sube por un muro de piedra y al llegar al borde se encuentra con un duelo mexicano en una fábrica abandonada, tres hombres se apuntan con sus pistolas. Las miradas se alternan, saltan, bailan de uno a otro como una danza ensayada. El momento va a llegar, todos lo saben. Un segundo después se escucha un "click", seguido rápidamente por otro "click" y de un tercer "click"; los tres tenían los seguros de sus armas puestos. 

Crujidos

Se podría decir que esto es un relato corto, pero para corto el brazo de Henry Jones Jr., que intentaba sin éxito alcanzar la antigua palanca, hecha de piedra y hueso, que sobresalía de la pared y detendría la pesada piedra que avanzaba poco a poco sobre las cabezas de sus compañeros de expedición. Al sonido de gritos y llantos, junto al de piedra rozando sobre piedra, se unieron el restallar de la madera rota y, después, el total y más absoluto silencio. 

Superhéroe

Había una vez un hombre que tenía súper poderes: telequinesis, telepatía, fuerza sobre humana, capacidad para volar, invulnerabilidad física..., pero solo los utilizaba para coger el mando a distancia de la televisión cuando no alcanzaba, saber si su mujer lo engañaba, abrir botes de mayonesa, ahorrarse los atascos a la hora de ir al trabajo y reírse de los mosquitos cuando iban a picarle. Todo un superhéroe.

Asco de vida

Una anciana de cabellos blancos salió de casa un viernes santo por la mañana, al cerrar la puerta de su apartamento olió un nauseabundo hedor proveniente del apartamento enfrentado al suyo. Llamó a la policía temiendo lo peor: que algo le hubiera pasado al joven Lucas, ya que no contestaba ni al timbre ni a los golpes en la puerta. Cuando entró la agente Pérez, encontró el cuerpo sin vida de Lucas sentado frente a su ordenador, con la mano encima del ratón y la página 3898 de Adv abierta.

Inocente

En medio de un importante juicio, el juez presidente de la corte suprema de los Estados Unidos, John Glover Roberts, Jr., nacido el 27 de enero de 1955, decidió sacarse la chorra, ponerla encima de la mesa y golpearla con el gavel en repetidas ocasiones. Cuando la prensa le preguntó el porqué de su comportamiento respondió: «Llevaba 35 años queriendo hacerlo».

Alejandro Amenábar

El otro día vi a Alejandro Amenábar comprando vinilos en la FNAC de Madrid. Me daba vergüenza decirle algo así que me puse a su lado y me compré un vinilo de La Habitación Roja. Olía a buen almíbar de rosas y vestía chaqueta vieja con unos tejanos old school. Se llevó dos discos, pagó con tarjeta y se olvidó el ticket de compra. Alejandro, si lees esto, no podrás devolver los díscos sin el ticket, lo tengo yo ¿dónde quedamos para que te lo devuelva?